Una dieta equilibrada es fundamental para la salud, tanto para mantenerla como para mejorarla. Una dieta saludable incluye frutas, verduras, tubérculos, frutos secos y cereales integrales. Limite la ingesta de alimentos procesados, grasas saturadas, grasas trans, azúcar, sal y alcohol.
Una dieta saludable ayuda a mantener las funciones diarias de su cuerpo, promueve un peso corporal óptimo y puede ayudar a prevenir enfermedades. También tiene un impacto positivo en el sistema inmunológico, y la investigación ha demostrado un efecto positivo en la salud bucal. Varios estudios indican una asociación entre la nutrición y las enfermedades periodontales (enfermedades que afectan el tejido de soporte del diente).
Desde la perspectiva de la salud bucal, no solo importa lo que comes. Igualmente importante es la frecuencia con la que come. Cada vez que consumes algo, las bacterias de tu boca comienzan a producir ácidos que pueden dañar el esmalte dental. Sus dientes necesitan algo de tiempo para recuperarse entre las comidas. Si sus dientes están bajo el ataque constante de los ácidos, la caries puede comenzar a desarrollarse, lo que resulta en caries.
El patrón de alimentación ideal incluye tres comidas principales al día (desayuno, almuerzo y cena) y dos refrigerios saludables*. Los batidos, los batidos y los jugos de frutas pueden contener muchos ingredientes nutritivos, pero deben considerarse como una comida o un refrigerio, ya que también contribuyen a un ataque de ácido. Puedes beber agua en cualquier momento. Es evidente que los beneficios de una dieta saludable, consumida sabiamente, tiene un efecto positivo en tu salud oral y general. Es una inversión en su bienestar a largo plazo.
* Algunas personas pueden necesitar comer con más frecuencia debido a condiciones médicas o de otro tipo.
